lunes, 30 de marzo de 2015

102, la línea que escucha a los que no tienen voz.



NEUQUÉN (AN).- Gladis Ávila vuelve en el tiempo. Recuerda que esa mañana era como cualquier otra, pero una llamada la activó. Del otro lado de la línea la voz temblaba balbuceante. "La mujer estaba completamente borracha, decía que se iba a suicidar y que había dejado a su hijita con tres tipos". 
Continúa: "¿Qué hay que hacer en esos casos? Buscar la mejor estrategia para que no corte, sacarle todos los datos posibles y a la vez pensar en la forma de intervenir inmediatamente". Cientos de casos de ese tipo, y más graves, pasan por los consultorios del equipo de atención al maltrato y abuso sexual infantil que opera en el Castro Rendón desde hace 26 años. 
Son, en su mayoría, llamadas angustiantes que ingresan por la 102, la línea de ayuda que se instaló en 1999, única de su tipo en la provincia. Son las que desnudan la importancia del servicio. Por eso hay cierta inquietud en el lugar. Es que hace un par de semanas comenzó a rodar por los correos electrónicos un borrador que instaba a sacar la línea de allí, transformarla en provincial y ubicarla en las oficinas de Desarrollo Social.
Mónica Belli, pediatra y coordinadora del equipo, es optimista después de pasar días difíciles. Hace un rápido viaje retrospectivo y queda a las claras la relevancia de la línea como instrumento de ayuda para chicos en estado de indefensión.
Existe un dato sustancial: el incremento de las denuncias por maltrato o abuso contra niños de entre 5 y 12 años. Es la edad de la escolaridad, cuando los chicos salen de su casa, hablan, ingresan en la etapa madurativa, comienzan a perder los temores. 
"Al comenzar las estadísticas marcaban que casi todas las denuncias eran por casos de niños de 0 a 4 años (franja con mayor nivel de riesgo). Es decir, denunciaban familiares o vecinos. Eso cambió. Y la línea es fundamental porque las denuncias llegan desde la voz de los mismos chicos o desde la escuela. Son muchos los docentes que después de hablar con el niño llaman y nos comunican que ellos no quieren volver a sus hogares. O llaman desde la calle porque no pueden regresar", explica Belli. 
A partir de ese golpe de teléfono se pone en marcha un operativo de orden pediátrico, psicológico y social. Según datos del 2013, de 948 casos asistidos, casi un 60% de las víctimas y sus padres asistieron al "tratamiento socio-educativo y/o psicológico". De ese universo, un 64% se transformó en causa judicial.
Aclaran, Mónica y las seis profesionales que conforman el grupo multidisciplinario, que no hacen política ni toman la línea como un botín. Están de acuerdo con la puesta en marcha de una línea provincial que opere en todas las ciudades, pero que sea atendida en los hospitales o centros asistenciales. "Hay que estar debidamente capacitados para tratar con las víctimas o los denunciantes, para abordar casos tan complejos. Además, es información muy delicada la que se maneja en estos casos, y corre el secreto profesional, algo fundamental", remarca una de ellas.
En el 2014 el equipo de atención abordó 1088 casos de maltrato o abuso infantil, de los cuales el 41% (455) ingresaron por la línea en cuestión. De todos esos, casi la mitad fueron ataques a niños de entre 5 y 12 años.
El borrador que cuestionan hace hincapié casi estrictamente en el flagelo del abuso sexual. Ellas aclaran que el año pasado el 18% de los casos tuvieron que ver con presuntos abusos. En cambio, más del 40% de los niños atendidos llegaron a las salas del Castro Rendón con señales de agresiones físicas. "Sólo buscamos la salud física y mental de los niños", repiten.
http://www.rionegro.com.ar/diario/102-la-linea-que-escucha-a-los-que-no-tienen-voz-6871453-9574-nota.aspx

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