viernes, 29 de mayo de 2015

El abuso sexual ;atravesó los muros y rompió el cerco.




Niños abusados, denuncias, marchas y polémicos fallos judiciales inundan las pantallas de la televisión y los espacios de los diarios porque el abuso sexual infantil "atravesó los muros de las casas y rompió el cerco", aseguró una psicóloga especialista, mientras que desde AFSCA alertaron que ese cerco que hay que romper "no es el de la privacidad y la integridad del niño sino el del abusador". El tema pasó de ser tabú a hablarse todos los días sin el conocimiento y en forma irresponsable en la mayoría de los programas de TV, según psicólogos y comunicadores consultados por Télam.

El desafío, coincidieron, es revisar cómo tratar los casos de abuso sexual infantil, entre otras formas de violencia que involucran los vínculos intrafamiliares, del entorno, e incluso los femicidios, donde está en juego la dignidad de las víctimas.

"No hay más casos de abuso sexual infantil y de violencia de género. Cambió la percepción porque esa problemática está mucho mas visible que antes", dijo a Télam Irene Intebi, psiquiatra infantojuvenil y licenciada en Psicología.

La especialista informó que "está visible porque los medios han puesto en agenda el tema. Es probable que lo hayan hecho como parte de su negocio, por el morbo al que adhieren quienes consumen información con ese ingrediente", acotó.

Sin embargo, Intebi afirmó que "esa visibilidad también es fruto del trabajo de mucha gente que desde las organizaciones de la sociedad y del mismo Estado han empezado a dar respuestas aunque no sean del todo efectivas".

"Estamos hablando de que una de cada cinco de chicas menores de 18 años es víctima de abuso -en su concepto amplio del término-, mientras que esa proporción se registra en uno de cada ocho varones, también menores de 18", precisó la especialista.

Los medios visibilizan estos hechos "porque el tema vende. Podríamos aprovechar la decisión de ponerlos en agenda para hacer algo mejor con ellos, como colaborar con las víctimas, y evitar que el abuso quede silenciado e impune, que es lo que muchos abusadores pretenden", sostuvo la psiquiatra y psicóloga.

"Hay mucho para hacer con estos temas. El polémico fallo del juez Piombo mostró un desconocimiento que asusta. También muchos periodistas deberían prepararse para hablar de este tipo de conductas y para -sobre todo- saber cómo tratar a las víctimas", enfatizó Intebi.

A una nena de 11 años "no se le puede decir que le arruinaron la vida. Ni siquiera a un adolescente que abusó de un niño más chico se le puede condenar. Esta probado que los menores de 18 agredidos o agresores pueden revertir la problemática con buenos tratamientos", continuó.

"Pasamos del tabú, de no hablar del tema, a hablar sin conocimiento o con ese grado de morbo que no ayuda a entender a la víctima sino a revictimizarla", sostuvo la especialista.

En cuanto a la violencia de género pasa algo similar y es más claro ver cómo los medios han sido vehículos del efecto "copy-cat" o "efecto imitación", como ocurrió posteriormente al caso de Wanda Taddei, que crecieron del 2,6 por ciento al 10 por ciento los casos de femicidios por el fuego, según datos del observatorio de femicidios.

Alicia Ramos, directora de Investigación y Producción de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), calificó de al menos "irresponsables a los medios que confunden el desafío de no silenciar los casos con violar el derecho de los niños a su privacidad y a su integridad", contemplados en la Ley de Protección Integral 26.061.

"El cerco que no hay que cruzar es el de la privacidad, la integridad, y la dignidad de los niños", aclaró Ramos, al explicar que esos derechos tardaron 86 años en ser reconocidos, "cuando el cambio de paradigma que hizo de los chicos sujetos plenos de derechos".

Y aclaró que "son los comunicadores los que tienen que desalentar a una madre que autoriza a su hijo ser testimonio de abuso sexual, a mostrar la fachada de la casa o de la escuela, o cualquier dato que pueda identificar a la víctima ante sus conocidos".

Muchas veces no es necesario caer en esa exposición o dar detalles de un fallo como ocurrió con el polémico juez Piombo o ventilar lo que ocurrió en el marco de una Cámara Gesell, dispositivo muy útil para la Justicia, pero muy dañino tanto para la víctima como para las audiencias infantiles, que escuchan información difícil de procesar en horarios de protección al menor.

Mabel Bianco, titular de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) coincidió en que "las víctimas y sus familias ahora salen a hablar más del tema, algo que antes no hacían; al contrario, eran las familias las que mantenían el cerco de silencio".

"El castigo, la sanción -en cambio- aún no llega como debería llegar; se habla de lo patológico y a la hora de juzgar los hechos la justicia da lugar a muchos justificativos, que se traducen en atenuantes del delito", sostuvo Bianco.

Históricamente, dijo la titular de FEIM, "el abuso sexual infantil es uno de los delitos menos conocidos debido al silencio de las victimas por lo vergonzante ya que se da en la mayor parte de los casos en el ámbito familiar, con parientes próximos o conocidos".

Afecta a varones y mujeres, y hace sentir a las víctimas culpa y vergüenza, describió, y sostuvo que "el silencio que envuelve al abuso se da por la seducción del abusador que le hace creer al abusado que hay un secreto entre ambos, lo que abona una complicidad difícil de romper".

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