lunes, 18 de mayo de 2015

EN 2014 HUBO EN LA PAMPA 461 DELITOS DENUNCIADOS A LA INTEGRIDAD SEXUAL.



La pena más alta por este tipo de delito la tiene un preso de Ingeniero Luiggi con 17 años por abuso sexual agravado por vínculo, otro por 15 años y cuando el caso es esclarecido por la justicia las penas van de 4 a 8 años de cárcel.
Las estadísticas judiciales de La Pampa dieron cuenta que se denunciaron el año pasado 461 delitos en contra de la integridad sexual de las personas, es decir más de uno por día. La agresión o violencia sexual no escapan a la sociedad pampeana ya que el 20,2 por ciento de los presos (con o sin sentencia firme o con prisión preventiva) son por ese delito. 
Es decir abusos, violaciones, incestos, pedofilia, etcétera. A la fecha hay 34 varones de los 167 detenidos en alcaldías, Colonia Penal y jefaturas policiales, privados de su libertad por causas aberrantes. Más de los dos tercios de los abusos denunciados se cometen en contra niñas y niños menores de 17 años, la mitad de ellas de 14 años o menos. El estigma asociado a ello implica que, a menudo, es a la víctima a quien se la culpa, y no al agresor. 
Los delitos en contra de la privacidad de las personas son puestos bajo la lupa ya no solo en la violencia de género, sino también en otra más grave: los abusos a la integridad sexual de mujeres, niñas y niños. Dicen los especialistas que se denuncian apenas uno de cada 20 violaciones y abusos (la mayoría a menores de edad). 
La problemática se complejiza más ya que se condena a menos del 15% de los acusados (en general, a los confesos) por falta de pruebas. Muchos se preguntan si no habría que escuchar más a la víctima donde las Cámara Gesell funcionen siempre cuando hay menores involucrados (hubo apenas 203 en 2014). 
La pena más alta por este tipo de delito la tiene un preso de Ingeniero Luiggi con 17 años por abuso sexual agravado por vínculo, otro por 15 años (Legajo 17289) y cuando es esclarecida por la justicia las penas privativas de la libertad van de 4 a 8 años de cárcel. En investigación hay infinidades.

Cifras. Los número oficiales dan cuenta que en 2009 hubo 291 denuncias pasando a 2012 con 388, en 2013 con 423 y este año llegaron a 461 causas ingresadas por estos delitos contra la integridad sexual (más de uno por día).
Datos oficiales dicen que sobre 136 detenidos hay 34 que realizaron ese delito, de los cuales menos de la mitad están procesados y otros no tienen pena aún pero están detenidos en dependencias policiales, alcaidías y/o colonias penales. Entre los detenidos hay 10 de General Pico (27,7%), 10 de Santa Rosa (27,7%), tres de Intendente Alvear (8,3%), dos de Ingeniero Luiggi y Realicó (5,55%) y uno en Trebolares, Sarah, Quemú Quemú, Rancul y Colonia Barón. 
La mayoría de estos delitos están en las cámaras criminales, oficinas judiciales, fiscalías, jueces de control, jueces de audiencia y Ministerio Público Fiscal. Los abusos sexuales que pudieron constatarse se producen tanto entre adultos, de un adulto a un menor -abuso sexual a menores y abuso sexual infantil- o incluso entre menores. 
El abuso sexual de menores es una forma muy grave de maltrato al menor. Incluye un amplio espectro de acciones entre un niño y un adulto, o con niños mayores. Con frecuencia, aunque no siempre, implica un contacto físico. Exhibir sus órganos genitales ante un niño o presionar a un niño a tener relaciones sexuales, es abuso sexual contra el menor. 
La mayoría de los abusadores de menores conocen al niño de quien abusan. Pueden ser amistades de la familia, vecinos o cuidadores de niños. Horrendo es que casi una tercera parte de los abusadores tienen parentesco con los niños y la mayoría de los detenidos por este tipo de delitos son hombres. 

Registro.
Entre ellos hay 21 casos entre los 35 y 40 años; siete tienen entre 25 y 30 años; cuatro entre 20 y 25 años y otros tres de personas que van desde los 50 años en adelante. Hay un registro reservado y sólo consultado por el máximo tribunal judicial pampeano (STJ) donde al menos hay 51 registrados. 
A ese registro no pudo accederse pues hay prohibición de utilizar esa información como fuente de discriminación o vulneración de la dignidad y privacidad de persona alguna, en un todo de acuerdo con el respeto irrestricto a los derechos consagrados en nuestra Constitución provincial. 
Por boca de los propios jueces se sabe que aquí en La Pampa se ha incrementado notablemente los delitos sexuales y que una gran mayoría no son denunciados en sede penal, ni siquiera una simple exposición policial. Frente a esta problemática, el silencio es nuestro peor enemigo, dado que aquella vieja costumbre protege al agresor, dejando aislada en su dolor a la víctima.

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