En el 80 por ciento de los casos de abuso sexual infantil, el agresor forma parte de la familia. Así lo advierten las últimas cifras de la Dirección de Asistencia a la Víctima, institución pública que en la provincia se ocupa de brindar tratamientos para los afectados y su entorno más cercano.
En lo que va del año, el centro que funciona en el microcentro de la ciudad de Córdoba recibió 2.800 demandas de intervención por violencias de distinto tipo (delitos contra la propiedad, estafas, pornografía infantil, entre otros). El 30 por ciento de esas intervenciones fueron para resolver un caso de abuso sexual, en su mayoría, infantil.
“La mayoría de los casos son niños o jóvenes que fueron víctimas de un abuso dentro de su entorno familiar. Encontramos que los abuelos, tíos o padres fueron los agresores. Cuando vamos a terreno y charlamos con los allegados, encontramos un hermano que también fue víctima del mismo agresor”, indicó Alicia Salusso, subdirectora del Centro de Asistencia a la Víctima.
Los padres biológicos son los responsables del 30 por ciento de los casos de abuso sexual infantil dentro del seno familiar. Por último, los reportes restantes corresponden a personas que han mantenido algún tipo de vínculo con la víctima: vecinos, docentes o cuidadores.
“Esta realidad preocupa y los casos aumentan. Cuando visitamos las viviendas y conversamos con la familia, nos damos cuenta de que el abuso sexual infantil está naturalizado. Las madres lo niegan o lo toman como algo a lo que están acostumbradas. Es una realidad que recorre toda la línea genealógica familiar. Algo que forma parte de su vida”, agregó la especialista.
El tratamiento que brinda el centro es integral. Un equipo conformado por 22 personas se ocupa de atender a la víctima y a su entorno desde el punto de vista psicológico y también social. “La dependencia económica es un factor fundamental que impide que las mujeres corten con ese vínculo insalubre”, informó.
Desde el centro aclaran que estas cifras son sólo la punta del iceberg porque en realidad la mayoría de los casos no se denuncian. Pasan inadvertidos en la familia y se transmiten de generación en generación.
Además de los delitos contra la integridad sexual del niño, el centro asiste a personas que fueron víctimas de maltratos infantiles: bullying o ciberbullying. Estos casos llegan porque fueron detectados por los gabinetes psicopegagógicos de una escuela o por la consulta que realiza algún familiar. En estos últimos, los padres biológicos resultaron ser los principales acosadores.
El tratamiento se aborda aquí también en forma integral. Comienza con un abordaje psicológico y luego una tarea social en la vivienda y el entorno del niño.
CÓMO CONTACTARSE
La Dirección de Asistencia a la Víctima funciona en calle Rivadavia 77, en el microcentro de la ciudad de Córdoba. Los interesados pueden contactarse de lunes a viernes, de 8 a 20 al (0351) 434-1500. No hace falta una denuncia formal.
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